Descubriendo el Matcha: Sus Propiedades Únicas y Beneficios en Comparación con el Café

El matcha es un polvo verde vibrante hecho directamente de hojas de té verde cultivadas especialmente. A diferencia del té verde común, que se prepara infusionando las hojas en agua caliente, el matcha se fabrica moliendo la hoja entera en un fino polvo. Esto implica que al consumir matcha estás ingiriendo la hoja completa, lo que lo hace más rico en nutrientes y antioxidantes comparado con el té verde tradicional.

El color verde intenso del matcha es completamente natural y proviene de la clorofila, un pigmento cuya producción aumenta debido a cómo se cultivan las plantas de té. Estas plantas crecen en sombra, lo que eleva la producción de clorofila y le da al matcha su característico tono verde brillante, sin necesidad de colorantes artificiales. Cuando ves ese verde vivo, realmente estás viendo la esencia pura de la hoja de té.

Consumir matcha ofrece numerosos beneficios para la salud, principalmente por su abundancia en antioxidantes. Estos compuestos ayudan a tu cuerpo a combatir el estrés oxidativo y protegen tus células de daños que pueden contribuir al envejecimiento y enfermedades. Una ingesta regular de antioxidantes mediante alimentos y bebidas está vinculada a una mejor inmunidad y menor riesgo de algunas enfermedades.

Además de antioxidantes, el matcha contiene cafeína, pero de forma más suave en comparación con otras bebidas con cafeína. Esto se debe a un aminoácido llamado L-teanina presente en el matcha, que promueve la relajación y claridad mental sin causar la sensación de nerviosismo que suele relacionarse con la cafeína. También es una fuente valiosa de nutrientes esenciales, convirtiéndolo en una opción nutritiva para tu rutina diaria.

Si alguna vez has sentido que el café te genera nervios o ansiedad, el matcha puede ser una alternativa refrescante. Debido a los efectos calmantes de la L-teanina que contrarresta la cafeína, muchas personas sensibles a esta encuentran que el matcha es menos probable que cause inquietud o malestar.

Otra ventaja es que el matcha suele contener menos cafeína que el café. Esta dosis menor aún puede brindarte concentración y alerta, pero de una manera más suave y duradera. Para quienes monitorean su presión arterial, el matcha puede ser beneficioso pues la cafeína puede elevar la presión, y su efecto más blando podría ayudar a gestionarla mejor.

Aunque tanto el café como el matcha aportan antioxidantes y pueden mejorar el ánimo y la atención, es importante recordar que la forma en que prepares tu matcha influye en sus calorías. Añadir crema o leche entera, como en lattes de café, aumenta las calorías. Por esto, controla tus añadidos si cuidas tu ingesta calórica.

Debido a la menor cantidad de cafeína del matcha y su absorción suave, parecía una opción prometedora para probar, especialmente porque a veces tengo problemas para dormir y siento ansiedad. Decidí no usar la cafetera durante una semana y cambiar mi café matutino por matcha. El resultado fue interesante.

Primero, noté que mi estrés disminuía. Nunca había vinculado mi tensión matutina con el café, pero al cambiar me sentía más tranquila y relajada al empezar el día. Esto confirmó lo que muchos dicen sobre la liberación gradual de cafeína y los aminoácidos calmantes del matcha.

Segundo, mi energía duraba más tiempo durante el día. Normalmente, después de un café matutino, necesitaba un dulce o más café antes del almuerzo. Con el matcha, me mantenía energizada horas sin buscar snacks o más cafeína.

Sin embargo, no sentí ese impulso inmediato de energía que da el café. Mi rutina matutina tuvo que ajustarse porque el matcha ofrece una energía más sostenida, no un pico rápido. Me pregunté si era por años de costumbre, pues mi cuerpo asociaba el café con un impulso rápido, o simplemente porque la cafeína del café actúa más rápido.

Por último, me tomó un tiempo acostumbrarme al sabor del matcha. A diferencia del café, es un polvo más denso y hacia el fondo del vaso puede sentirse un poco arenoso. Su sabor es más fuerte y amargo que el té verde común, y descubrí que añadir un poco de endulzante, como miel o jarabe de arándanos casero, lo hacía más agradable. Aunque sumó algunas calorías, valió la pena para disfrutar la bebida.

Tanto el matcha como el café tienen beneficios propios, y probar matcha en lugar de café fue una experiencia divertida y reveladora. En días en los que te sientes ansiosa o anticipas un día largo y exigente, una taza de matcha puede ofrecer un impulso de energía calmado y constante para seguir adelante sin el típico bajón del café.

De todas formas, hay mañanas en que nada supera esa primera taza caliente de café, y está bien. No tienes que renunciar a tu flat white favorito para disfrutar lo que ofrece el matcha. De hecho, balancear ambos en tu rutina diaria es una buena forma de aprovechar lo mejor de cada bebida: la calma y energía continua del matcha y el impulso rápido del café.

Si te interesa reducir el café o simplemente probar una alternativa que apoye tu bienestar de formas distintas, incorporar matcha algunos días puede ser refrescante. Además, hay muchas formas de prepararlo para ajustar a tu gusto, desde el matcha clásico batido, hasta lattes dulces o en batidos.

En conclusión, sea que elijas café, matcha o combinación de ambos, lo importante es lo que funciona mejor para tu cuerpo y estilo de vida. Escuchar tus necesidades y preferencias te guiará para sentirte bien cada día.