
La temporada de invierno ofrece experiencias maravillosas, como jugar en la nieve, disfrutar junto a la luz de las velas o tomar bebidas calientes. Sin embargo, un reto común con el descenso de las temperaturas es la piel seca y escamosa. Cuando el aire se enfría, el nivel de humedad disminuye drásticamente, lo que provoca que la piel pierda gran parte de su hidratación natural.
Además del aire frío, los vientos fuertes y el uso de la calefacción en interiores pueden eliminar la barrera protectora de la piel. Esta capa es esencial para retener la humedad y mantener la suavidad y resistencia de la piel. Sin esta protección, la piel se vuelve propensa a agrietarse, enrojecerse, irritarse y sentirse tirante. Para quienes sufren condiciones como eczema o rosácea, el invierno tiende a agravar estos síntomas, haciendo la temporada más difícil para su piel.

¿Te preguntas si tu piel está sufriendo de sequedad? Hay señales claras que puedes identificar. ¿Sientes tu piel tirante, con picazón o se ve roja, especialmente después de lavarte el rostro? También puede aparecer con parches escamosos o un tono opaco que antes no notabas. La piel seca puede hacer que las líneas finas y arrugas sean más evidentes, algo que nadie quiere.
Estos síntomas indican que la barrera de tu piel está comprometida, y cuando esto ocurre, los irritantes pueden causar inflamación o daño con mayor facilidad. Esto suele provocar grietas, especialmente en áreas expuestas como manos y labios. Si notas estas señales, es momento de intensificar tu rutina para nutrir y proteger tu piel.

La prevención es fundamental para mantener la piel hidratada durante el invierno. Un gran aliado es el humidificador. Al agregar humedad al aire de tu hogar, especialmente en el dormitorio por la noche, ayudas a conservar la hidratación de la piel y evitas que el ambiente seco y caliente perjudique su barrera. Un producto recomendado es el PURE ENRICHMENT MISTAIRE ULTRASONIC COOL MIST HUMIDIFIER.
Además, protege tu piel al salir al exterior usando bufandas, guantes y gorros para bloquear los vientos fríos que extraen la humedad. Opta por tejidos naturales como el algodón en contacto con tu piel, ya que las fibras sintéticas pueden irritar y empeorar la sequedad.
Evita duchas largas y muy calientes que, aunque relajantes, eliminan los aceites naturales. Opta por duchas rápidas con agua tibia, de no más de cinco minutos. Seca tu piel suavemente con una toalla de algodón, sin frotar, y aplica una crema corporal rica mientras la piel aún está húmeda para sellar la hidratación.
Sé cuidadosa con productos que tengan ingredientes activos fuertes como el retinol o ciertos medicamentos para el acné, ya que pueden aumentar la sequedad. Úsalos con menor frecuencia o cambia por opciones más suaves como bakuchiol o ácido azelaico. Para mejorar la hidratación al usar activos, aplica la técnica llamada 'sándwich de humedad': pon la crema hidratante antes y después de los tratamientos.
Finalmente, elige cremas y sueros con ingredientes que refuercen la barrera cutánea. Las ceramidas son excelentes para formar una barrera que retiene el agua. Productos como los de CeraVe son muy recomendados. También los probióticos y prebióticos ayudan a mantener el equilibrio natural y la defensa de la piel. Algunos cosméticos incluyen cannabis sativa, un aceite hidratante con ácidos grasos que ayuda a reparar y proteger la superficie cutánea.
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Si tu piel ya muestra descamación o sensación de sequedad incómoda, ajusta tu rutina. Escoge una crema más densa con ingredientes nutritivos como manteca de karité, que crea una barrera eficaz para retener humedad. Hay hidratantes con tecnología avanzada que adaptan su intensidad según la humedad ambiental para un cuidado óptimo durante el día.
Cambia tu limpiador facial habitual de espuma por uno en crema o loción. Los limpiadores espumosos suelen contener surfactantes que eliminan los aceites naturales, alterando el equilibrio de humedad. Uno suave limpia sin agredir la barrera protectora.
El momento y la forma de aplicar la crema son importantes. Aplícala cuando la piel esté húmeda, idealmente en el minuto siguiente a la ducha, para sellar el agua en la piel. Si tienes piel sensible, opta por productos sin fragancia para evitar irritaciones y mayor resequedad.
Para la piel del cuerpo, los cremas densas son ideales. Busca texturas firmes que mantengan su forma en el envase, ya que proporcionan hidratación profunda. Josie Maran Whipped Argan Oil Body Butter es una opción conocida por su sensación rica sin ser grasosa.
No olvides las manos, que suelen ser una de las partes más afectadas por el frío. Busca cremas con ingredientes como glicerina y manzanilla. La glicerina atrae la humedad del ambiente hacia la piel y forma una barrera protectora. La manzanilla calma picazón e inflamación, siendo ideal para quienes tienen eccema o irritaciones en invierno.
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