
Cuando piensas en tus entrenamientos de piernas, ¿incluyes ejercicios para isquiotibiales? O tal vez te concentras más en glúteos. Es común que se prioricen los glúteos, influenciados por tendencias en redes sociales. Sin embargo, los isquiotibiales representan cerca de un tercio de la musculatura total del tren inferior.
Ignorar los isquiotibiales limita la fuerza y potencia de los glúteos y piernas. Son esenciales para fuerza, velocidad y funcionalidad general de la parte baja del cuerpo, por lo que dejarlos de lado significa no alcanzar tu máximo potencial en rendimiento y estética.
Los isquiotibiales comprenden tres músculos en la parte posterior del muslo: semitendinoso, semimembranoso y bíceps femoral. Cada uno tiene un papel único, colaborando en la flexión de rodilla y extensión de cadera, acciones clave en movimientos diarios y deportivos.
Estos músculos cruzan tanto la cadera como la rodilla, por eso tienen dos funciones principales: extensión de cadera en ejercicios como puentes de glúteos o buenos días, y flexión de rodilla en curls de pierna. Por eso es vital incluir ejercicios que trabajen ambos movimientos.
Muchos creen que las sentadillas fortalecen suficientemente los isquiotibiales, pero estudios recientes indican que estimulan poco estos músculos. En cambio, los curls de pierna, especialmente sentados, son más eficaces para activarlos. Aquí te explicamos los mejores ejercicios para usarlos bien.

Para desarrollar piernas equilibradas y potentes, te presentamos diez ejercicios clave que fortalecen tanto la extensión de cadera como la flexión de rodilla, asegurando un trabajo completo de isquiotibiales.
1. Peso muerto rumano con mancuernas: pies a la anchura de caderas, sostén mancuernas frente a tus caderas. Mantén espalda recta y pechó erguido mientras flexionas cadera hacia atrás, bajando las mancuernas cerca de las espinillas con estiramiento en isquiotibiales; luego aprieta glúteos para volver a postura inicial.
2. Curl de pierna tumbado: acuéstate boca abajo en máquina curl, rodillos sobre los talones. Agarra las asas y flexiona rodillas elevando los talones hacia los glúteos. Mantén caderas en banco, sostén en la cima y baja controladamente.
3. Peso muerto a una pierna: de pie, equilibra tu peso en una pierna con ligera flexión de rodilla, inclínate hacia adelante con la otra pierna extendida atrás formando línea recta desde cabeza hasta pie. Usa peso extra mientras bajas y subes. Cambia de pierna.
4. Peso muerto piernas escalonadas con kettlebell: con una kettlebell en una mano, coloca pie opuesto atrás con talón elevado. Flexiona ligeramente cadera y rodilla mientras bajas torso y kettlebell hacia el suelo, luego sube. Repite ambos lados.
5. Peso muerto con piernas rígidas con mancuernas: sostén mancuernas frente al muslo, flexiona ligeramente rodillas y haz bisagra en caderas, bajando peso con estiramiento en isquiotibiales. Empuja cadera adelante y aprieta glúteos para subir.
6. Puente de glúteos: acuéstate de espaldas con rodillas dobladas y pies apoyados. Activa tus glúteos y empuja talones para elevar cadera, haz pausa arriba y baja lentamente desde los hombros.
7. Buenos días con banda elástica: pisa banda con pies a la anchura de caderas, banda en cuello y sostén extremos al nivel de hombros. Flexiona ligeramente rodillas y haz bisagra en cadera con espalda neutra, luego vuelve a la posición de pie.
8. Curl nórdico de isquiotibiales: arrodíllate sobre superficie acolchada y alguien sujeta tus tobillos o parte inferior de las piernas. Inclínate hacia adelante desde las rodillas lo máximo que puedas manteniendo cuerpo recto. Usa tus isquiotibiales para regresar controladamente.
9. Balanceo con kettlebell: con pies a la anchura de hombros, baja para tomar kettlebell y realiza un impulso de cadera para elevarla a la altura de los hombros. Deja que la kettlebell baje flexionando cadera. Ejercicio dinámico que trabaja fuertemente isquiotibiales.
10. Zancada invertida: de pie, da un paso hacia atrás y flexiona rodilla trasera cerca del suelo y la delantera a 90 grados. Empuja con la pierna delantera para regresar y cambia de pierna.

Te preguntas ¿por qué cuidar los isquiotibiales si haces sentadillas y zancadas? Estos músculos protegen las rodillas al estabilizarlas en movimientos como correr o saltar. Isquiotibiales débiles aumentan riesgo de lesiones y afectan tu técnica en levantamientos complejos.
También evitan dolores lumbares, sobre todo si pasas horas sentado que causa rigidez y debilitamiento. Un entrenamiento que combine fortalecimiento y estiramiento, como con buenos días o peso muerto piernas rígidas, ayuda a aliviar molestias y mejorar movilidad.
Muchos desarrollan desequilibrios musculares al ejercitar más los cuádriceps que los isquiotibiales, lo que sobrecarga rodillas y reduce funcionalidad general. Incluir ejercicios para isquiotibiales mejora fuerza, postura y rendimiento atlético.
Por eso, fortalecer la cadena posterior de forma equilibrada es clave para prevenir lesiones, reducir dolores y mejorar tu condición física general, haciendo que los ejercicios para isquiotibiales sean indispensables.
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No hay una regla fija para entrenar isquiotibiales: depende de tu nivel, objetivos y respuesta corporal. Si empiezas, una vez a la semana es ideal para evitar sobrecargas y permitir adaptación muscular.
Quienes tienen experiencia deberían entrenarlos al menos dos veces semanalmente para progreso constante. Estudios indican que un ejercicio de curl nórdico semanal puede ser tan efectivo como dos veces, por lo que la calidad importa más que la cantidad.
Para tus días de pierna, integra al menos tres ejercicios que cubran extensión de cadera y flexión de rodilla. Por ejemplo, combina curls para rodilla con puentes para cadera y así lograr un entrenamiento completo.
Si te recuperas de una lesión consultá primero al profesional de salud. Dependiendo de la gravedad, mejor iniciar con ejercicios con peso corporal antes que con cargas. Y si acabas de sufrir un tirón muscular, evita ejercicios intensos hasta sanar.
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